La histórica calle Panamá, anteriormente conocida como la calle de los Puentes durante la época colonial, ha sido reconocida como el Rincón Mágico número doce de Ecuador, y el primero de la provincia de Guayas. Este emblemático corredor, que conecta la Ciudad Vieja, fundada en el cerro Santa Ana, con lo que luego sería el núcleo del Puerto Principal (Ciudad Nueva), ha sido el punto de partida para una nueva etapa de revitalización en el centro de Guayaquil.
El término "puentes" hace referencia al largo entarimado de madera que, entre 1710 y 1774, salvaba el terreno pantanoso e inundable de la ciudad. Con 670 metros de longitud, este puente peatonal cruzaba cinco esteros desaparecidos, y se convirtió en un centro clave para el comercio durante el auge del cacao, entre 1870 y 1930.
Ahora, tras varias décadas de transformación, la calle Panamá se ha reinventado como un distrito gastronómico y cultural que ha captado la atención del Ministerio de Turismo, quien la ha declarado oficialmente como un Rincón Mágico, un reconocimiento que traerá consigo mayores oportunidades para promover el turismo y el comercio local.
Noelia Briones, propietaria de la cafetería El Mono Goloso, pionera en la zona desde 2014, destaca que la calle Panamá sigue “tendiendo puentes”, pero ahora con una visión más caminable y accesible. Aunque la zona aún enfrenta desafíos derivados de los apagones y la crisis de seguridad que afectaron a la ciudad a finales de 2023, Briones observa una mejora en la seguridad y el flujo de turistas.
El nuevo estatus de Rincón Mágico representa una valiosa oportunidad para reactivar el área, que se extiende a lo largo de diez cuadras, entre la calle Luzárraga y Tomás Martínez, justo al lado del famoso Malecón 2000. A lo largo de esta zona se encuentran una treintena de restaurantes, bares, cafeterías, un teatro, un centro de danza y un museo, todos formando parte de este nuevo atractivo turístico.
La zona, que cuenta con murales, plazoletas y dos calles peatonales, ha sido diseñada para atraer tanto a los habitantes como a los turistas. La propuesta del Municipio de Guayaquil incluye tres rutas turísticas para que los visitantes puedan explorar la historia y la gastronomía local: "Guayaquil del Gran Cacao" (medio día), "Perla del Pacífico" (todo el día) y "Guayaquil de mis amores" (medio día).
María Fernanda Cepeda, del restaurante La Central, otro de los primeros en apostarle a la calle Panamá, considera que esta declaración como Rincón Mágico ayudará a consolidar la reactivación del área, siempre que se mantengan las condiciones de seguridad para los negocios. Con ello también se espera la organización de eventos y actividades por parte del Municipio, que contribuirán al flujo constante de visitantes.
El 7 de noviembre de 2024, un grupo de turistas europeos recorrió la calle Panamá, maravillados por las reinterpretaciones de la cocina local y la oferta gastronómica variada de la zona. Durante el recorrido, se detuvieron frente a la casa Guzmán Aspiazu, construida en 1930, que alberga el Museo Nacional del Cacao. Esta casa, diseñada por el arquitecto italiano Francesco Maccaferri, es uno de los grandes tesoros arquitectónicos de la calle, conocida por su estilo art nouveau.
El grupo también admiró los murales que recrean el Guayaquil colonial y fotografiaron los detalles de la casa, como sus cornijas y las ventanas circulares que remiten al diseño de los barcos de la época. La calle Panamá no solo es un lugar para disfrutar de la comida y la cultura, sino también para sumergirse en la historia de Guayaquil, con vestigios de su arquitectura patrimonial y recuerdos de la época cacaotera.
En el corazón de la calle, un letrero municipal rinde homenaje a los orígenes de la zona, destacando su histórica conexión con el "Barrio del Puente". Este nombre hace referencia al famoso puente de las 800 varas, un puente de madera que unía la Ciudad Vieja con la Ciudad Nueva en los siglos XVII y XVIII. Este puente, que cruzaba cinco esteros, fue un símbolo de la expansión de Guayaquil hacia el sur.
Aunque el puente de las 800 varas fue reemplazado por otros más pequeños a mediados del siglo XVIII, su legado sigue vivo en la memoria colectiva de los guayaquileños. La calle Panamá, en su constante transformación, es ahora un reflejo de la evolución de la ciudad, entrelazando su rica historia con el potencial de un futuro prometedor como uno de los destinos más emblemáticos del país.
Fuente: Primicias