Ecuador
Las elecciones del 9 de febrero de 2025 han marcado el retorno de varios actores políticos que, aunque parecían haber quedado atrás con la Revolución Ciudadana (RC), ahora se perfilan como figuras clave en la futura Asamblea Nacional. Aunque aún no se han definido completamente los escaños, las proyecciones indican que el correísmo podría contar con al menos 67 asambleístas en el próximo periodo legislativo.
Entre los retornos más destacados están exministros, exfuncionarios y activistas que fueron figuras prominentes en los primeros años del gobierno de Rafael Correa y durante los primeros tiempos de Lenín Moreno, antes de la ruptura entre ambos. Estos nombres, que parecían haberse desvanecido con el paso de los años, resurgirán en la arena política del país.
Junto a nuevas figuras como Jahiren Noriega, Cristina Jácome y Arisdely Parrales, se unirán figuras más tradicionales del correísmo, conocidos por su lealtad a la línea y disciplina de Correa. Estos rostros, que representan la "vieja guardia" de la Revolución Ciudadana, son quienes contribuirán a reforzar la presencia del movimiento en el Congreso.
Entre los más notorios regresa Ricardo Patiño, quien fue ministro de Defensa, Economía y canciller de la República. Su cercanía con Rafael Correa es innegable, y uno de sus principales objetivos durante la campaña fue promover el regreso de Correa al país y la liberación de varios dirigentes como el exvicepresidente Jorge Glas, condenado por corrupción.
A lo largo de su carrera, Patiño ha sido señalado en varios escándalos, como los "Pativideos", donde se le vinculó con un intento de manipulación del mercado de bonos. También enfrentó cargos relacionados con la instigación a la rebelión, lo que lo llevó a exiliarse en México.
Ledy Zúñiga, quien fue ministra de Justicia y Derechos Humanos, también regresa al escenario político. Durante su gestión, implementó el uso de dispositivos electrónicos (grilletes) para los prisioneros, un sistema que fue criticado por su falta de transparencia. Además, Zúñiga estuvo involucrada en la polémica investigación sobre el asesinato del general Jorge Gabela, en 2010, y fue criticada por interpretar los informes de manera que favorecían al gobierno.
A pesar de las controversias, Zúñiga se mantiene firme en su apoyo al correísmo y busca llevar sus principios a la Asamblea Nacional, donde espera reactivar el Ministerio de Justicia.
Otro regreso relevante es el de Héctor Rodríguez, quien fue gerente de la Empresa Pública Yachay durante la administración correísta. A pesar de los elogios por su trabajo en el sector educativo, su gestión fue criticada por supuestas irregularidades en la construcción de universidades emblemáticas del correísmo. Aunque fue acusado de corrupción, Rodríguez se defendió de las acusaciones y sigue siendo un pilar del movimiento correísta.
Xavier Lasso, un comunicador cercano a Correa, también ha decidido regresar al ruedo político. Durante la presidencia de Correa, Lasso fue director de programas en Ecuador TV y trabajó en el ámbito diplomático. Ahora, como asambleísta electo, ha propuesto una nueva Ley de Comunicación, una iniciativa que muchos ven como un intento por revivir las políticas comunicacionales de su antiguo jefe, Rafael Correa.
Finalmente, Liliana Durán, una exdirigente sindical y exasambleísta por el correísmo, también se reincorpora al bloque de la Revolución Ciudadana. A pesar de haber sido menos conocida en comparación con otros miembros del movimiento, Durán se ha mantenido fiel a los ideales de Correa, a diferencia de otros líderes sindicales que cambiaron de bando. En su regreso, Durán busca fortalecer la presencia de la RC en la Asamblea Nacional y continuar su trabajo dentro del movimiento.
El regreso de la vieja guardia del correísmo marca un nuevo capítulo en la política ecuatoriana. A medida que estos exfuncionarios y activistas se reincorporan al escenario político, se abre un nuevo debate sobre el futuro de la Revolución Ciudadana y su impacto en la gestión legislativa que está por comenzar. Con nombres reconocidos y polémicos, el correísmo pretende consolidarse nuevamente en la política del país.