Ecuador
Ecuador vive un clima de alta incertidumbre política de cara a las elecciones presidenciales del 9 de febrero. En este contexto, 16 candidatos se enfrentaron en el primer debate obligatorio organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), un evento que dejó más preguntas que respuestas.
El encuentro, dividido en dos grupos de ocho candidatos cada uno tras un sorteo público, evidenció la fragmentación del panorama político ecuatoriano. La ausencia de un cara a cara entre los principales contendientes, la candidata del correísmo Luisa González y el presidente Daniel Noboa, dejó un vacío para quienes esperaban un intercambio directo.
El formato del debate, que duró casi cuatro horas, recibió críticas por su rigidez: preguntas preestablecidas, moderadores sin capacidad de repreguntar y tiempos limitados que impidieron el desarrollo profundo de ideas. Los candidatos se centraron en ataques personales, alusiones al pasado y propuestas superficiales, con escasa elaboración de argumentos.
Uno de los episodios más tensos fue cuando Francesco Tabacchi (Movimiento CREO) cuestionó directamente al presidente Noboa sobre la desaparición y muerte de cuatro niños en Guayas. Noboa evitó responder, generando críticas por su falta de empatía. Luisa González intentó capitalizar el momento, mencionando los nombres de los niños, lo que fue visto por algunos como un acto de politización de la tragedia.
En el tema de seguridad, las propuestas extremas dominaron el escenario: cadena perpetua, pena de muerte y cierres de fronteras, sin detalles concretos sobre su viabilidad. Ideas como el "Plan Hocico" contra la corrupción o el "Tren Bala" para unir regiones quedaron sin explicaciones técnicas ni financieras.
Expertos como Ruth Hidalgo, decana de Ciencias Políticas de la Universidad de las Américas, señalaron que la excesiva cantidad de candidatos diluye la calidad del debate. "Demasiados aspirantes generan respuestas flojas y mediocridad. Es urgente una reforma al sistema de partidos", afirmó.
El constitucionalista André Benavides propuso una reforma que limite la cantidad de binomios presidenciales, destacando la necesidad de un cambio estructural para evitar la dispersión del voto y la saturación del debate público.
Temas cruciales como derechos humanos, igualdad de género, desnutrición infantil y educación quedaron en segundo plano. Aunque algunos candidatos se declararon ganadores del debate, el verdadero veredicto lo darán los ciudadanos en las urnas.
Ecuador se encuentra en un punto de inflexión, y este primer debate refleja tanto las fortalezas como las debilidades de su sistema democrático. Las próximas semanas serán decisivas para que el electorado procese la información y defina su voto en medio de un panorama político polarizado y complejo.
Fuente: CNN