La crisis provocada por la sequía en Quito, que ha afectado gravemente los niveles de los embalses que abastecen de agua potable a la capital ecuatoriana, continúa generando preocupación. El alcalde Pabel Muñoz alertó sobre la posibilidad de que, si la situación persiste, la ciudad se vea obligada a implementar cortes programados de agua, con el objetivo de evitar racionamientos aún más severos en el futuro. Estas medidas serían especialmente críticas en las zonas altas de la ciudad, que son las más afectadas por la escasez.
En su informe semanal del 11 de noviembre de 2024, Muñoz destacó que la Empresa de Agua Potable de Quito (Epmaps) se encuentra evaluando de cerca la situación de los embalses y la disponibilidad de agua para consumo humano. El alcalde dejó claro que la autoridad local y las entidades competentes tomarán decisiones en los próximos días sobre los posibles racionamientos o cortes de suministro en varias áreas de la ciudad.
“Prefiero cortes controlados ahora que enfrentar apagones prolongados después”, declaró Muñoz, haciendo énfasis en la necesidad de adoptar medidas preventivas para evitar un colapso del sistema hídrico de la ciudad. El alcalde explicó que, a pesar de la dificultad de la situación, lo más recomendable es aplicar cortes breves, de entre una y dos horas diarias, a fin de asegurar el agua para todos los habitantes sin recurrir a racionamientos extremos que podrían llegar a durar hasta 14 horas al día.
Para evaluar la situación de manera más exhaustiva, Muñoz convocó al Comité de Crisis, integrado por autoridades de la alcaldía, expertos en gestión de recursos hídricos y representantes de la Empresa de Agua Potable. Este comité se reunirá para analizar los próximos pasos, de cara a un escenario de sequía prolongada, y determinar las acciones a seguir si las lluvias no se reanudan en el corto plazo.
El alcalde también hizo un llamado a la ciudadanía para que tome conciencia sobre el uso racional del agua, implementando prácticas de ahorro y colaboración para enfrentar la crisis. La situación, dijo, exige una respuesta conjunta entre autoridades y población para garantizar el suministro de agua potable en medio de condiciones climáticas adversas.
La sequía en Quito ha generado un escenario complejo para la gestión del agua, que se ve agravado por la falta de lluvias y el crecimiento poblacional en las zonas más altas de la ciudad, donde las redes de distribución son más vulnerables. De no haber cambios en las condiciones climáticas, las autoridades seguirán implementando medidas de ajuste en el servicio para evitar mayores complicaciones en el abastecimiento de agua.
Fuente: Crónica