Ecuador
Este domingo, el debate presidencial entre Luisa González, candidata de Revolución Ciudadana, y Daniel Noboa, actual presidente de Ecuador, se convirtió en una confrontación llena de ataques personales y acusaciones cruzadas. A tan solo tres semanas de la votación, ambos aspirantes aprovecharon la oportunidad para desacreditarse mutuamente, mientras las propuestas se desvanecieron ante un clima de tensión y confrontación.
El momento más tenso ocurrió al inicio del debate, cuando Luisa González, de manera desafiante, sugirió a Noboa someterse a una prueba antidrogas al finalizar el encuentro. Esta propuesta cayó como un golpe directo, y aunque el presidente intentó restarle importancia, quedó claro que la candidata no estaba dispuesta a ceder. "Si quiere, hacemos una prueba antidoping al salir de aquí", desafió González, sin titubear.
El tema de la seguridad fue otro de los puntos álgidos, con ambos candidatos lanzándose duras acusaciones de incompetencia y de haber permitido el desbordamiento de la violencia en el país. "No quiero que se repita el gobierno de Noboa, que pidió todo, lo tuvo todo y empeoró todo. Este es el inicio de año más violento en la historia de Ecuador", dijo González. Noboa, por su parte, cuestionó a González por los escándalos de corrupción que salpican a miembros de su entorno político, señalando las investigaciones contra Ronny Aleaga, exasambleísta del correísmo, así como la postura de su partido sobre Nicolás Maduro. González respondió tajante, asegurando que, si llegaba a la presidencia, reconocerá a Maduro como un gobierno legítimo "para poder devolver a los venezolanos" que acusó a Noboa de haber dejado entrar de manera irregular y desordenada.
Ambos candidatos también intercambiaron acusaciones sobre narcotráfico y corrupción, sin ofrecer respuestas claras a las preguntas planteadas por el comité del debate. En lugar de un intercambio constructivo de ideas, la jornada se transformó en un campo de descalificaciones mutuas. En varias ocasiones, Noboa intentó restarle importancia a las intervenciones de González, pidiéndole que se tranquilizara y sugiriéndole incluso una beca para estudiar economía. La candidata no dudó en responder con dureza: "Enfócate, Daniel", replicó con firmeza. Incluso aprovechó para señalar que el presidente padecía de un “déficit de atención”.
Los ataques continuaron durante todo el debate, pero uno de los temas más polémicos fue la cuestión de si Daniel Noboa solicitó o no la licencia para postularse como candidato, un tema que ha generado fuertes críticas al Gobierno. Según las normativas ecuatorianas, todo funcionario público debe pedir una licencia sin sueldo para ser candidato a un cargo público, pero debido a su conflicto con la vicepresidenta Verónica Abad, Noboa ha evadido que ella asuma el poder, interpretando a su manera una sentencia de la Corte Constitucional. En redes sociales, este tema fue amplificado, con funcionarios del gobierno inundando Twitter con el hashtag #EseEsMiPresidente, mientras increpaban a la candidata opositora.
El debate también marcó el inicio de la campaña para la segunda vuelta electoral, luego de que el Consejo Electoral decidiera adelantarla un día. Los candidatos tendrán hasta el 10 de abril para hacer sus últimos movimientos antes del silencio electoral. A diferencia de la primera vuelta, las encuestadoras han sido más cautas y pocas se han arriesgado a anticipar el comportamiento del electorado.
Más allá de los intercambios verbales, lo que realmente quedó claro en este debate fue la falta de propuestas concretas para resolver los problemas que enfrentan los ecuatorianos. En lugar de un debate productivo sobre salud, seguridad social y desarrollo, los candidatos se enzarzaron en acusaciones sobre otros temas que no contribuyeron a aclarar el futuro del país. En un Ecuador marcado por la violencia y la corrupción, la gran pregunta sigue siendo: ¿quién podrá romper el ciclo de desconfianza y desesperanza que domina al país? Y, por ahora, la respuesta sigue siendo incierta.
Fuente: Primicias